II.
Definición del concepto de Estado
El politólogo argentino Guillermo O’Donnell (n. 1933)
define al Estado de la siguiente manera:
“Entiendo
por Estado el componente específicamente político de la dominación
en una sociedad territorialmente delimitada. Por dominación (o
poder) entiendo la capacidad, actual y potencial, de imponer
regularmente la voluntad sobre otros, incluso pero no necesariamente
contra su resistencia. Lo político en sentido propio o específico
lo entiendo, entonces, como una parte analítica del fenómeno más
general de la dominación, aquella que se halla respaldada por la
marcada supremacía en el control de los medios de coerción física
en un territorio excluyentemente delimitado.” (O’Donnell, G.,
“Apuntes para una teoría del Estado”, en Oszlak, Oscar (comp..),
Teoría de una burocracia estatal, Buenos Aires, Piados, 1984)
En la definición de O’Donnell podemos observar
algunas de las características centrales que persiguen los estados.
El primero y fundamental es la posibilidad de observar “obediencia”
de parte de los individuos e instituciones que se encuentran dentro
de un territorio delimitado. La dominación puede obtenerse a través
del uso de la fuerza física, pero fundamentalmente se consigue a
través del control ideológico o “convencimiento” en la
legalidad y legitimidad del sistema. Sólo cuando este último
recurso da muestras de agotamiento, puede recurrirse a la coacción
física.
Por su parte, el politólogo argentino Oscar Oszlak, politólogo
argentino, concibe al Estado de la siguiente manera:
“[…]
una relación social, como la instancia política que articula un
sistema de dominación social. Su manifestación material es un
conjunto interdependiente de instituciones que conforman el aparato
en el que se condensa el poder y los recursos de la dominación
política.” (Oszlak, O., Formación histórica del Estado en
América Latina: elementos teóricos – metodológicos para su
estudio, Buenos Aires, Cuadernos de CEDES)
Esta definición de Oszlak, también hace hincapié en la
característica de la dominación política y social, que se realiza
a través de un entramado institucional dentro de un territorio
geográficamente delimitado. Para llevar adelante esta tarea, el
autor distingue algunos atributos especiales que poseen los estados,
denominados “atributos de estatidad”. Esto significa que los
estados en sus procesos de construcción van adquiriendo estos
atributos, que serán utilizados para llevar adelante sus objetivos y
finalidades. Tales atributos, en la visión del autor, son:
1-
Reconocimiento de la soberanía estatal por parte de los otros
estados (externalizar su poder).
2-
Capacidad cierta de ejercer el monopolio de los medios legítimos de
coerción.
3-
Desarrollo de un sistema de administración burocrática profesional
y autónoma, de la sociedad civil, especializado en las tareas de
extracción de recursos y asignación eficiente de los mismos,
compuestos por funcionarios aptos e idóneos.
4-
Capacidad y decisión de generar en los habitantes un sentimiento de
“pertenencia” y de crear los lazos de solidaridad para responder
sólo a ese Estado.
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