sábado, 19 de abril de 2014

EL ESTADO MODERNO, BREVE RECORRIDO POR SU DESARROLLO TEÓRICO por Marcelo Farabedian

b. Estado liberal



El liberalismo como corpus ideológico reconoce algunas influencias de gran trascendencia. El primero que destacaremos en este trabajo será John Locke (1632 - 1704), quien escribió el Segundo tratado sobre el gobierno civil, aparecido en el año 1690. La otra gran influencia fue Adam Smith (1723 - 1790), quien con su libro Investigación acerca de la Naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, aparecido en 1776, se constituyó en el fundamento teórico del libremercado.


El liberalismo surge en Europa, particularmente en Inglaterra. Podemos ubicarlo a partir de mediados del siglo XVII y cobra pleno desarrollo teórico en el siglo XVIII. Los hechos históricos más importantes con los que se relaciona al liberalismo en sus inicios fueron los sucedidos con la “Gloriosa Revolución” de 1688. A partir de allí se abandona los postulados del Estado absolutista y se comienza con los lineamientos de una monarquía constitucional.

Existen un número de postulados básicos que caracterizan al liberalismo como forma de vida y de organización económica, política y social. Algunos de estos son:

™ Defensa y reivindicación del individuo en contraposición a una sociedad por  estamental y corporativa, característica de la Edad Media.

™ Defensa de la libertad, en todos sus ámbitos (económico, político, religioso, cultural, etc.)

™ Defensa de la propiedad privada, como fundamento del desarrollo económico y político.

™ División de poderes, garantizando de esta manera una distribución del poder y evitando los poderes absolutos.

™ Importancia de la ley y del constitucionalismo como medio para evitar la arbitrariedad del poder. La ley no es un producto de la divinidad (trascendental), sino que es el producto del debate y del consenso entre los hombres.

™ Fundamentación del corpus ideológico en la racionalidad del individuo y en el creciente proceso de secularización social.

™ La idea fuerza de la construcción política a través de un “contrato” realizado de manera voluntaria (pacto de asociación).

™ La economía debe seguir un “orden natural” (espontáneo) sin mayor intervención de los hombres para alcanzar ciertos niveles de opulencia y bienestar. Mientras menores sean los controles, mejor funcionará el “mercado”.

™ La ambición por lograr una transformación social de la sociedad.

Todas estas características se materializaron en un determinado orden político y social: el Estado liberal. El liberalismo entiende al Estado como un “Estado mínimo”, es decir, aquel que está destinado a cumplementar aquellas funciones básicas para el funcionamiento social, garantizando los niveles adecuados de paz, seguridad y armonía, administrar justicia y defensa de los límites geográficos del Estado. A partir de esta concepción, propia de comienzos del siglo XIX, entendemos que este Estado deja en manos del mercado y de la sociedad civil las tareas   destinadas a la generación y, por sobre todo, a la distribución de la riqueza. Para el liberalismo, es el mercado, la instancia que asigna eficientemente los recursos entre las personas. Esta concepción es fundamentalmente optimista, pues entiende que dejando actuar “libremente” al mercado, todas las partes saldrán beneficiadas por el intercambio económico.


Nicola Matteucci afirma que el “liberalismo es hijo del Estado moderno o, más ampliamente, nace como consecuencia o como respuesta a la nueva forma de organización del poder que se instaura en Europa a partir del siglo XVI” (Matteucci, N., “Estado Liberal”, en Bobbio, N.; N. Matteucci y G. Pasquino eds.-, ob. cit., págs. 563 a 570). Paralelamente al liberalismo y al Estado moderno, debemos mencionar al protagonista principal de este período histórico, la burguesía. Este sector social dinámico, se va configurando a lo largo de un proceso histórico que podemos ubicar entre los siglos XVI y XVIII, y tuvo la característica de ser un sector dinámico pero por sobre todo de gran movilidad.


Fruto del aumento del comercio y de la producción, proceso que experimenta Europa dado el creciente comercio internacional que afecta a varias naciones, este sector fue ganando cada vez más influencia social y política, llegando a los albores del siglo XIX como la gran fuerza política dominante.

Tanto el Estado moderno como forma de organización política, como el liberalismo como corpus ideológico, se extendieron a lo largo de todos los continentes hacia mediados del siglo XIX. El creciente comercio internacional y la mayor conexión entre los continentes, entre Europa (el centro) y los demás continentes (la periferia), estimuló la adopción de estas ideas y formas de organización. Durante la segunda mitad del siglo XIX y el comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914–1918), el mundo conoció niveles de producción y de comercio mundial sin precedentes.

La complejización de las relaciones sociales, políticas y económicas trajo aparejado que el Estado mínimo característico del liberalismo del siglo XIX resultara insuficiente. En efecto, la emergencia del capitalismo industrial sumada a la sociedad de masas llevó, a principios del siglo XX, a replantear algunos de los postulados más importantes de esta organización estatal y de sus funciones.

Así es que muchos de los estados liberales, comenzaron a brindar otros servicios y funciones, salud, educación, intervención en los conflictos capital – trabajo, etc. De todas maneras, estas funciones no quitaron del centro de la escena, los grandes postulados que perseguían estos estados; a saber, la defensa de la propiedad privada y la  libertad de empresa.

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